Mi respuesta a una pregunta que
no me había hecho antes: ¿a quién considero un héroe?
Quiero contar algunas cosas que aprendí de ti, un héroe desconocido llamado
Richard.
Conocerte fue una de las mejores
cosas que pudo pasarme en la vida. Despedirte fue una de las más difíciles que me
ha tocado vivir.
Cuando te conocí corrías de un
lado a otro, levantaste mi falda con esa cara pícara que inhibía cualquier mala
reacción contra ti. Cuando te conocí interpretaste una canción que desde ese
momento asocio contigo de inmediato, una voz que no olvido y que se repite en
mi cabeza con esa letra que pronunciaste como podías con quizás 4 añitos “¿qué precio tiene el shielo? Que alguien
me lo diga…”. Cuando te conocí compartimos menos de la mitad de un vaso de
malta y no dejabas de repetir “no te lo tomes todo” aunque la cantidad
era prácticamente imposible compartir.
No nos unía la sangre, pero casualmente compartíamos el mismo signo: Aries, sólo que yo te llevaba algunos años. Lo lógico es que yo te
enseñara cosas a ti, y
mientras pude lo intenté, pero lo que queda claro es que
las mayores lecciones las recibí yo.
Aprendí de ti el valor de una
llamada, de un mensaje, de un hola quiero saber cómo estás. Aprendí que los
niños son mucho más valientes que los adultos y que siempre son capaces de decir
la verdad sin buscarle matices, también que los adultos a veces ignoran
las palabras de los niños. Me enseñaste que el tiempo
no es tan largo como pensamos y que Dios tiene planes que muchas veces no somos
capaces de entender porque no son lo que esperábamos, pero son ineludibles.
También me enseñaste que una
llamada podía acabarse por tu falta de saldo y batería, aun cuando era yo quien
te llamaba al teléfono local. Me hiciste comprender que el cabello no lo es
todo, que lo más importante es la batalla que
puedas dar, por más grande que sea el enemigo o por más indefenso que estés. Entendí que todo tiene un tiempo, que no
podemos amarrar a nadie. Comprendí que cada quien se va cuando siente que debe
hacerlo, sin desestimar el importante papel de quien lo deja ir.
Hoy las cosas no son distintas. Sigues enseñándome. Agradezco
siempre esa certeza de tener tu compañía en cada momento; doy gracias por las
sonrisas brindadas, los dibujos, los abrazos, los besos. Incluso agradezco tu rechazo
inteligente, el cual me lleva a agradecer a todas esos médicos que dedican su
vida a salvar a otros.
Por ser un luchador en la tierra y el ángel más bello,
fuerte y valiente del cielo te dedico estas palabras, HÉROE.
Porque todos tenemos un héroe. Intocables.
ResponderEliminarSabias palabras, bellos recuerdos. Más que un héroe, diría que es tu ángel. Llévalo siempre contigo porque el siempre vela por tu protección.
Recordar es volver a vivir.
Así es, mi héroe y mi ángel de la guarda. Nunca sale de mis pensamientos, siempre está a mi lado.:)
ResponderEliminarNo se como llegue de verdad... supongo esa coincidencia UNIVERSAL que ocurre cuando menos t lo esperas. A lo mejor fue él mismo que me trajo hasta aqui.
ResponderEliminarLeyendo lo que escribiste jaja t faltaron algunos episodios bien finos como el del gatorade y el del wii wii criollo con 20 pila y demas... y Recuerdas que ese dia llegamos a su habitacion y ya estaba bastante malito y la experiencia ,mas valiosa que nos pudo dejar fue: sigan jugando uds que aunque yo no pueda me da alegria escucharlas jugar..
No hay palabras para describir lo MARAVILLOSO que fue conocer a Richard.
Aparte de cantante.. El mejor bailarin de break dance que nunca he conocido.
Luchando y que cada dia y cada minuto para él contaban.
Yo supongo que su protecccion es una BENDICION para ti.
Y sabes bien que UNA de las cosas que tngo que agradecerte es que lo cuidaste, lo atendiste y sobretodo lo QUISISTE.
EN esta fecha q leo esto queda muy poco para recordar el 3er año donde ya no esta su presencia fisica, pero sabemos que esta al Lado de papa Dios.. Comportandose como el Angel fuerte, luchador y valiente.. y aparte de ser un HEROE es la persona Favorita de mas de uno.. INCLUYENDOME. Que lindo que hicieras esto por él y para él.
Maria Medina